jueves, 12 de noviembre de 2009

Algunas veces escribo ...

... y esta vez toca una mini historia de autoayuda para los que no avanzan porque no quieren poder.


Primer paso

Aburrido, sentado frente al ordenador como otra de tantas mañanas, esperando a que algún usuario pesado llame al teléfono diciendo que no le funciona el ordenador, aún antes de haberlo encendido, y esperando a la vez que esto pase y que no pase. Esperando que pase porque esta es la única manera de sentirse útil, de demostrar los conocimientos adquiridos y de sentirse, aunque sea sólo por unos segundos, superior a alguien por el simple hecho de saber encender correctamente un ordenador. Esperando que no pase también, para poderse mantener sin hacer nada, para poder seguir revolcándose en la ciénaga de vaquería y sucia autocomplacencia que se ha asentado en su vida sin saber como, y de la que es difícil salir, que el simple pensamiento de que suene el teléfono y haya que salir a encontrarse con un usuario y sus problemas, haga que tenga ganas de cerrar los ojos y empezar a imbuirse en una de tantas historias de ciencia ficción que pasan por la cabeza y en las que hace cosas útiles y crece como persona.

Bonita manera de pasar el rato, pensando en hacer cosas increíbles mientras se es incapaz de hacer nada real, pasar el rato pensando en realizar grandes inventos por el bien de la humanidad mientras que se es incapaz de ordenar una mesa llena de papeles porque hasta ese simple movimiento cansa y aburre de sólo pensar en hacerlo, pasar el rato pensando en tener montones de amigos y conquistar a varias mujeres mientras se es incapaz de hacer una simple llamada a uno de los pocos amigos que realmente se tienen para preguntarle que tal está o de decirle hola sin ponerse nervioso a esa chica morena con la que te cruzas todos los días en el metro y con la que compartes trayecto durante varias estaciones, bonita manera de pasar el rato.

Y aburrido y sin hacer nada, te quedas mirando la pantalla mientras piensas como se puede cambiar esta situación, pero mientras lo piensas no te das cuenta de que sigues igual, quieto, callado, solo, pensando, eso sí, pero sin hacer nada, creyendo que por que pienses que vas a cambiar algo con sólo pensarlo esos cambios se van a hacer realidad instantáneamente, que vas a empezar a estudiar, que vas a empezar a hacer ejercicio, que vas a quedar con esos pocos amigos que te quedan para tomar cervezas y pasar un buen rato, y que vas a conseguir que esa chica morena se de cuenta de que existes y va a caer irremediablemente en tus brazos en cuanto la saludes, y mientras lo piensas no te das cuenta de que has vuelto a caer en el mismo bucle de ilusiones y que sigues parado mientras el mundo se mueve alrededor tuyo.

Y mientras el mundo se mueve, como ha hecho durante los últimos tiempos, en un, atípico en ti, momento de lucidez, comprendes que todo se mueve menos tu, que sigues igual que hace años, que no has crecido, y que si en todo caso has hecho algo, ese algo ha sigo todo lo contrario, te has echado a perder, todas las ilusiones que la gente había depositado en ti al atisbar tu potencial se han visto disueltas porque el potencial no lo es todo, y si se es incapaz de desarrollarlo, no sirve de nada, ves que de todo lo que creías que conseguirías sólo porque eras inteligente no has conseguido nada porque eres vago y te has acomodado en tu mediocridad, y en lugar de disfrutar utilizando esa supuesta inteligencia que tenías te has ido adaptando cada vez mas a esa insulsa manera de vivir en la ley del mínimo esfuerzo, solamente porque aparentemente es lo más fácil.

Pero no es fácil, se hace más difícil cada día, se siente una gran opresión en el pecho cuando intentas hacer algo y ves y te das cuenta de que eres incapaz de dar siquiera el primer paso, ese primer paso que te llevaría a empezar una nueva vida en la que podrías al menos intentar lograr los objetivos marcados, y ves que como no consigues dar ese primer paso te sientes peor contigo mismo, y resulta que la supuesta facilidad de vivir en la normalidad, en una vida sin altibajos se ha convertido en pura dificultad, y que no es que no haya altibajos, te das cuenta de que es una cuesta descendente que te acerca cada vez más rápido a la mediocridad, a un ritmo al cual dentro de nada te será imposible cambiar en rumbo y te verás abocado, gracias a tu propia dejadez, a un futuro sin alegrías, sin cambios notables, sin nada.

Y nada es lo que ya tienes, porque has ido perdiendo cosas que tenías y necesitabas, y te ves incapaz de conseguir cosas nuevas por ti mismo, porque eso necesitaría de cierto esfuerzo que te ves incapaz de realizar, te ves incapaz de afrontar las pruebas que te harían mejor persona, sólo te queda una cosa, tu pensamiento, eso que es lo único que has desarrollado en los últimos tiempos, no has hecho nada, sólo has pensado, la mayoría de las veces en tonterías y cosas absurdas, pero algo es algo, ahí tenemos el principio, lo que fue una posible causa del final de tu potencial se desvela ahora como el principal aliado para reemprender el camino y ser todo lo que puedes ser, y piensas.

Y piensas como has hecho en los últimos tiempos, pero lo haces de otra manera, enfocas tu pensamiento a pequeños pasos que te ayuden a avanzar, pequeños gestos con los que crecer, piensas de manera positiva, piensas que sin oscuridad no habría luz y que sin bien no habría mal, piensas que estás viendo un pequeño rayo de luz en una dirección muy concreta dentro de la oscuridad que te ha ido rodeando durante los últimos años.

Y piensas en hacer algo, algo que no lleve mucho esfuerzo porque es uno de los primeros pasos, y como estás delante de tu ordenador, al igual que durante otras 14 de las 24 horas del día, abres un editor de texto, y por una vez haces algo distinto, en lugar de pensar como te sientes, lo escribes, y luego lo lees de manera impersonal, como si la cosa no fuera con tigo, y en ese momento ves los siguientes pasos que tendría que realizar la persona que escribió eso, y ahí sabes que hacer y simplemente empiezas a andar. Y como los niños que empiezan a andar sabes que habrá caídas, pero en estos momentos no te importa, piensas en positivo, y piensas que es mejor caer y levantarse que estar tendido en el suelo viendo el mundo desde abajo.


Nota del autor: Está claro que la calidad literaria es ínfima, pero es lo que pasa cuando escribes tan temprano y en tan poco tiempo.

Saludos.